Hacia el año 2400 a.C. se produce lo que bíblicamente se da en llamar El Diluvio Universal. Sin embargo la civilización egipcia (que por entonces estaba construyendo sus pirámides) no consigna en sus escritos inundación alguna. Se baraja entonces la posibilidad que sólo sucediera sobre Sumeria, tierra llana entre dos ríos y proclive a sufrir grandes desbordes.
Nada quedó en pie. Sin embargo, no son pocos los que afirman que el Arca de Noé está congelada y a salvo de los rigores del tiempo. El Arca de Noé ha generado enigmas y preguntas que aún permanecen sin respuesta. En tal sentido un verdadero cimbronazo han constituido las recientes declaraciones del investigador Charles Berlitz (autor de "El triángulo de las Bermudas, entre otros sucesos) en el sentido de que la nave estaría intacta bajo el hielo de un glaciar situado en el Monte Ararat. Algunas expediciones y avistamientos realizados por pilotos de aviones inclinan la balanza sobre la veracidad de las afirmaciones de Berlitz.
El Monte Ararat tiene una altura de 5.156 metros. Está situado muy al norte de la meseta de Anatolia, en la Turquía oriental, y a pocos kilómetros de la frontera entre Irán y la Unión Soviética. En tanto, en la Biblia, el Libro del Génesis nos ofrece una localización aproximada del lugar en el cual se erigió el Arca: "... se asentó sobre los montes de Ararat..."
Testimonios que nos llegan ya desde dos siglos consignan curiosas similitudes: viajeros provenientes del Asia Central o dirigiéndose hacia ella, que habían desfilado el Monte Ararat a lomo de caballo, mula o en caravanas de camellos, señalaron sin vacilaciones en sus relatos la presencia de una inmensa nave próxima a la cima del monte. Algunos nativos que habitan casa cercanas al lugar han asegurado haberse construido amuletos con pedazos de brea tomados de esta nave.
Cuando eso ocurre, es posible ver una especie de nave cuya mayor parte se encuentra hundida en la masa helada de un glaciar. Mientras el objeto permanezca debajo del hielo será inmune a la descomposición orgánica, como ha ocurrido con algunos animales extinguidos como un mamut encontrado hace unos años y otros animales del Pleistoceno. Tanta es la nieve acumulada que (se sospecha) los exploradores pudieron haber hasta pisado el Arca sin darse cuenta que, hielo mediante, estaban tan cerca de la cuna de la historia.
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