viernes, 25 de enero de 2013

El misterio del Arca de Noé


Hacia el año 2400 a.C. se produce lo que bíblicamente se da en llamar El Diluvio Universal. Sin embargo la civilización egipcia (que por entonces estaba construyendo sus pirámides) no consigna en sus escritos inundación alguna. Se baraja entonces la posibilidad que sólo sucediera sobre Sumeria, tierra llana entre dos ríos y proclive a sufrir grandes desbordes.
La comunidad científica nunca pudo explicar con cierta unidad de criterio la causa del diluvio. Que existió, ya nadie lo duda. Por si alguna prueba faltaba, se ha encontrado una tablilla (del siglo VII antes de Cristo) que habla de un diluvio que aniquila la vida en la tierra. Las teorías del advenimiento del diluvio son: intrusión del planeta Venus en nuestra órbita con el consiguiente caos del planeta; paso de la Tierra por la cola de un cometa o colisión frontal con la cabeza del cometa; desplazamiento del eje polar y/o cambio de la rotación terrestre. Sin embargo, otra corriente de pensamiento genera adeptos. La postula, entre otros, el investigador Issac Asimov: "Se me ha ocurrido una explicación posible para semejante invasión de mar. Creo que pudo producirse por la desafortunada caída de un meteorito en el Golfo Pérsico, casi cercado de tierra por todas partes. El chapoteo resultante habría tomado la forma de una ola gigantesca que avanzó desastrosamente hacia la Tierra, arrollando todo lo que encontraba a su paso". Fue, según cuenta la Biblia, una enorme ola seguida de lluvias. "Génesis 7.11. ... A los seiscientos años de la vida de Noé se rompieron todas las fuentes del abismo, se abrieron las cataratas del cielo..."
Nada quedó en pie. Sin embargo, no son pocos los que afirman que el Arca de Noé está congelada y a salvo de los rigores del tiempo.   El Arca de Noé ha generado enigmas y preguntas que aún permanecen sin respuesta. En tal sentido un verdadero cimbronazo han constituido las recientes declaraciones del investigador Charles Berlitz (autor de "El triángulo de las Bermudas, entre otros sucesos) en el sentido de que la nave estaría intacta bajo el hielo de un glaciar situado en el Monte Ararat. Algunas expediciones y avistamientos realizados por pilotos de aviones inclinan la balanza sobre la veracidad de las afirmaciones de Berlitz.
El Monte Ararat tiene una altura de 5.156 metros. Está situado muy al norte de la meseta de Anatolia, en la Turquía oriental, y a pocos kilómetros de la frontera entre Irán y la Unión Soviética. En tanto, en la Biblia, el Libro del Génesis nos ofrece una localización aproximada del lugar en el cual se erigió el Arca: "... se asentó sobre los montes de Ararat..."
Testimonios que nos llegan ya desde dos siglos consignan curiosas similitudes: viajeros provenientes del Asia Central o dirigiéndose hacia ella, que habían desfilado el Monte Ararat a lomo de caballo, mula o en caravanas de camellos, señalaron sin vacilaciones en sus relatos la presencia de una inmensa nave próxima a la cima del monte. Algunos nativos que habitan casa cercanas al lugar han asegurado haberse construido amuletos con pedazos de brea tomados de esta nave.
Monte Ararat
Tras la búsqueda de esta Arca se han embarcado infinidad de escaladores. Ninguno ha podido encontrar algo debido a la inclemencia climática del Monte, muy raras veces la nieve y el hielo se retiran de los picos del Ararat. "Pero cada veinte años, más o menos, una oleada de calor intenso barre la región y durante ese período es cuando se ha observado la presencia de una nave, sobre todo en los meses más calurosos: agosto y principios de septiembre", explica Berlitz.
Cuando eso ocurre, es posible ver una especie de nave cuya mayor parte se encuentra hundida en la masa helada de un glaciar. Mientras el objeto permanezca debajo del hielo será inmune a la descomposición orgánica, como ha ocurrido con algunos animales extinguidos como un mamut encontrado hace unos años y otros animales del Pleistoceno. Tanta es la nieve acumulada que (se sospecha) los exploradores pudieron haber hasta pisado el Arca sin darse cuenta que, hielo mediante, estaban tan cerca de la cuna de la historia.
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martes, 22 de enero de 2013

Fantasmas Sin Alma




i los fantasmas son los espíritus de los muertos, como muchos creen, ¿Cómo podemos justificar las apariciones «inanimadas» como las de animales u objetos?

La confluencia de St. Mark Road y Cambridge Gardens en Kensington, Londres, se hizo famosa en los años 30 a causa del misterioso autobús de dos pisos, como el que aparece en la fotografía, que viajaba a gran velocidad en esa zona a media noche; cuando ya no había transporte público.
Durante los años treinta se decía que un autobús londinense rojo de dos pisos hostigaba a los motoristas en la zona de North Kensington a última hora de la noche. Durante mucho tiempo la confluencia de St. Mark Road y Cambridge Gardens ha sido considerada como una esquina peligrosa; de hecho, la curva era «ciega» para ambas carreteras y había originado numerosos accidentes.

La decisión de la autoridad local de arreglar la curva se vio parcialmente influida por el testimonio de motoristas de última hora de la noche, quienes decían que se habían estrellado mientras regateaban para evitar un autobús de dos pisos que bajaba precipitadamente por St Mark Road a esas horas bastante tardías en que las líneas regulares ya no prestaban su servicio.

Un informe típico de la policía de Kensington rezaba: «Giraba la esquina cuando vi un autobús lanzado hacia mí. Llevaba dadas todas las luces del piso de arriba y de abajo, así como los faros, pero no pude ver a nadie, ni empleados ni pasajeros. Tiré del manillar con fuerza y subí a la acera, rascándome con el muro de la carretera. El autobús desapareció.»

Después de un accidente mortal, durante el que un conductor dio un viraje y golpeó contra el muro, un testigo contó al juez que llevaba la investigación que también él había visto al misterioso autobús precipitándose contra el coche segundos antes de que el conductor se saliera de la carretera. Cuando el juez expresó el natural escepticismo, decenas de residentes locales escribieron a su oficina y también a los periódicos locales ofreciéndose a testificar que también habían visto al «autobús fantasma». Entre las declaraciones más impresionantes se encuentra la de un empleado local de transportes quien declaró haber visto al vehículo en la estación de autobús a primeras horas de la mañana, con el motor en marcha, y que luego había desaparecido.
El misterio nunca se resolvió; pero es quizás significativo que el autobús «fantasma» no fuera visto después de que desapareció el peligro de la esquina con la curva pronunciada. Incluso se sugirió que la visión había sido «proyectada» en el lugar para dramatizar el peligro inherente de la intersección. Pero si era así; ¿quién lo había hecho? Y si, como se sugirió, todo esto tuvo lugar en las mentes de los mismos motoristas -una especie de proyección natural de sus temores ante la esquina- ¿cómo se las arreglaron para sobreimponerse sobre la visión de los  peatones, por no mencionar el empleado de la estación de autobuses que lo vio desde un ángulo completamente diferente?

El autobús «fantasma» de Kensington epitomiza un problema que, durante siglos, han encarado aquellos que creen que los fantasmas son espíritus que vuelven. ¿Si un fantasma es el «alma» de una persona muerta que vuelve a la tierra, cómo podemos entender el fantasma de un autobús y por supuesto el de sus antecesores, los coches de caballos fantasmas, que tanto reflejan las narraciones populares?

Llegados a eso, ¿por qué los espíritus que vuelven no aparecen desnudos, ya que con muy pocas excepciones registradas no es así en ningún caso?

El folklore «fantasmal» está repleto de historias de todo tipo de objetos inanimados, desde el acordeón-fantasma atribuido al espiritista del siglo XIX, D. D. Home, hasta la daga de Macbeth.

Formas Revoloteando En El Aire
La leyenda de este barco fantasma fue relatada por el político y escritor norteamericano doctor Cotton Mather en su libro Wonders of the Invisible World (Maravillas del mundo invisible, 1702). El barco zarpó de América, pero no llegó nunca a su destino en Inglaterra, y no se volvió a saber nunca nada de él. Sin embargo, unos meses después algunas personas vieron en el puerto desde donde zarpó lo que podía ser el barco envuelto en nubes; luego zozobró y desapareció.
Una de las historias más convincentes sobre apariciones «sin alma» está compilada en el diario de la Torre de Londres -lugar saturado de fantasmas según la creencia popular-. El protagonista de la historia fue Edmund Lenthal Swifte. En 1814 tenía el cargo de Guardián de las Joyas de la Corona, cargo que ocupó hasta 1842 -o sea, 28 años-. Él mismo cuenta lo que vio un domingo por la tarde en octubre de 1817: «Mi familia y yo estábamos cenando en el edificio donde se guardan las joyas de la corona, lugar que parece haber sido la «lúgubre prisión» de Ana Bolena y de los diez obispos que allí fueron acomodados piadosamente por Oliver Cromwell. Todas las puertas estaban cerradas, las cortinas, pesadas y oscuras, estaban echadas, y la única luz que había en la estancia era la que emanaba de dos cirios colocados sobre la mesa. Yo estaba sentado en la cabecera de la mesa, mi hijo a mi derecha, mi mujer junto a la chimenea y su hermana enfrente de ella. Estaba ofreciendo vino y agua a mi mujer, cuando ésta, al alzar el vaso, paró el movimiento y exclamó: ¡Dios mío! ¿qué es esto?.»

«Miré hacia arriba y vi un cilindro, como un tubo de vidrio casi del grosor de un brazo, que revoloteaba entre el techo y la mesa; su consistencia parecía ser un denso líquido, blanco y azulado... girando incesantemente dentro del cilindo. Duró aproximadamente dos minutos, entonces empezó a moverse delante de mi cuñada y, resiguiendo el borde de la mesa, pasó por delante de mí y de mi hijo. A continuación siguió por detrás de mi mujer y permaneció brevemente sobre su hombro derecho (téngase en cuenta que no había ningún espejo en la parte opuesta que le permitiera ver qué estaba pasando). De repente, mi mujer se agachó, con las manos en el hombro, y gritó: ¡Dios, me está cogiendo!.»

«Incluso ahora siento el terror que sentí entonces. Salté de la silla y golpeé la aparición, golpe que fue a parar en el revestimiento de madera situado detrás de ella. Entonces, la «cosa» cruzó el borde de la mesa y desapareció por la ventana.»

No volvió a verse tan extraña manifestación; pero, algunos años más tarde, ocurrió un suceso que confirmó trágicamente la explicación de Swifte: un soldado murió literalmente de miedo en la Torre de Londres.

El soldado estaba de centinela frente al edificio donde se guardan las joyas de la corona, cuando, cerca de medianoche, oyó un sonido gutural detrás de él. Al girarse vio un gran oso negro de pie sobre sus patas traseras, con los dientes hacia fuera y los ojos rojos de rabia, que se abalanzaba sobre él. El soldado lanzó su bayoneta contra el cuerpo del animal, pero el arma pasó sin herirlo y el animal desapareció. Una patrulla encontró unos cuantos minutos después al soldado desmayado; la bayoneta estaba clavada en la sólida madera de la puerta. El soldado, todavía sin sentido, fue trasladado al cuerpo de guardia donde un médico afirmó que no estaba ni borracho ni dormido. Repitió una y otra vez su extraña historia, hasta que tres días después murió.

Durante aproximadamente 300 años, hasta mediados del siglo XVII, en la Torre había habido un zoológico real, y entre los animales que allí se cuidaron había numerosos osos. A pesar de que no existan referencias de la autopsia del soldado, el hecho de que muriese tres días después de aquella experiencia podría indicar que estaba enfermo sin saberlo, y que la aparición fue una alucinación causada por su propia enfermedad. Por otra parte, los fantasmas de animales tienen más sentido como «espíritus que regresan» que sus equivalentes humanos, por la sencilla razón que ya hemos apuntado antes: por lo menos ellos «aparecen» exactamente con el mismo aspecto que tenían en vida. El hecho de que el hombre haya perdido muchos de sus instintos «primitivos» mientras que los animales todavía los conservan podría también tener una relación con el papel paranormal de aquellos.

Bestias Fantasmales
Los fantasmas de caballos, a veces con su jinete, suelen asociarse a algunos lugares en particular. Puede que sean una especie de recuerdo gráfico de un acontecimiento violento o dramático acaecido en el mismo sitio.
Ciertamente, los cuentos de fantasmas de perros son corrientes en el folklore de Estados Unidos, Europa y gran parte de África. Los fantasmas de caballos, de rebaños de vacas o de ovejas participan del folklore, y a pesar de que (al igual que todos los cuentos) las descripciones de sus apariciones hayan sido indudablemente distorsionadas a lo largo de los siglos, algunas de ellas son sorprendentemente convincentes. En 1908, la Society for Psychical Research (SPR) investigó exhaustivamente lo que pareció ser un cerdo-fantasma en Hoe Benham (Inglaterra).

El 2 de noviembre de 1907 dos jóvenes, Oswald Pittman y Reginald Waud, estaban pintando en el jardín de su casa, la villa Laburnum. A eso de las diez de la mañana, cuando Pittman estaba hablando con el lechero, vio a su amiga Clarissa Miles acercándose por el camino: tenía que reunirse con los hombres para una sesión de pintura. La acompañaba, como si se tratara de un perro amaestrado, un gran cerdo blanco con un morro inusualmente largo. Cuando Pittman le habló de ello a Waud, éste le pidió que le dijera a Clarissa que dejara el animal fuera y que cerrara la puerta del jardín cuidadosamente, ya que Waud era un amante de la jardinería y no quería que el cerdo le removiera todas las plantas.

Sin embargo, cuando Clarissa llegó estaba sola y negó todo conocimiento del animal. Si la hubiera estado siguiendo, señaló, estaba segura de que habría oído sus pisadas. A pesar de todo, ella y Pittman volvieron al camino y preguntaron a varios niños si habían visto un cerdo, pero ninguno lo había visto.

A la mañana siguiente, el lechero, presionado por un Pittman desconcertado, firmó una declaración en la que aseguraba que no había visto el cerdo y señalaba que, en cualquier caso, la zona estaba bajo un estado de alerta por la fiebre porcina y no podía matarse a ningún animal perdido.
Pittman y Waud fueron a Londres durante unos meses y allí contaron el extraño incidente a un miembro de la SPR. Cuando volvieron a Hoe Benham en febrero, el relato de la aparición de Pittman se había extendido ampliamente. Los aldeanos, perdiendo su reserva natural, los desbordaron con historias anteriores de «fantasmas». La teoría del lugar sostenía que todo partía del suicidio de un campesino, Tommy King, cuya propiedad, que fue demolida en 1892, había bordeado el camino. La investigación en los archivos de la parroquia mostró que en realidad había habido dos Tommy King, uno muerto el 1741 y el otro en 1753, pero no había indicación de cual de los dos se había suicidado. Un viejo llamado John Barrett testificó que, cuando era muchacho en 1850, volvía por el camino en un carro de heno con siete u ocho más, cuando apareció por el aire una "cosa blanca". Todos lo habían visto y como era evidente los caballos también, ya que de repente se desbocaron.

«Esa cosa continuó balanceándose y balanceándose y los caballos resoplando y resoplando hasta que el carro llegó alas cercanías de la granja de King, en que se desvaneció.» En 1873 Barrett también había visto en el mismo lugar una criatura "como una oveja" pateando el suelo en el camino. Trató de darle un golpe con el bastón, pero desapareció antes de que el bastón hubiera aterrizado.

Otro hombre, Albert Thorne, dijo que en el otoño de 1904 oyó "un ruido como un silbido" de hojas y vio cómo un ternero de 75 cm de alto y 1,5 m de largo pateaba, con ojos resplandecientes. Mientras lo miraba se desvaneció. Incluso otro testigo no identificado dijo que en el mes de enero de 1905 durante las horas de luna llena había visto lo que tomó por el perro del vicario en el camino. Era grande y negro. Creyendo que se había perdido, fue a agarrarlo, cuando resultó que era un burro que se alzaba sobre sus patas amenazadora mente antes de desvanecerse.

Grito Sobrecogedor
El espectro de Lady Howard, cubierto con una sábana, va dentro del coche de caballos y el esqueleto de un perro de caza corre delante. Según la leyenda, el podenco debe recoger cada noche una brizna de hierba del parque de Okehampton para llevarla a la casa de la familia de Lady Howard en Tavistock; un castigo que debe realizar hasta que haya llegado a recoger todas las briznas de hierba.
La leyenda dice que un coche fantasma del siglo XVII, construido con los huesos de los cuatro maridos de la embrujada Lady Howard -de los que se dice que fueron todos asesinados por ella- recorre la carretera que atraviesa el terreno pantanoso desde Tavistock hasta cerca del castillo de Okehampton, que se muestra en la fotografía.
Pittman, Waud y Clarissa Miles relataron una experiencia más enervante. Una vez, mientras paseaban por el camino, Clarissa fue súbitamente abordada por un temor irracional y dijo que sentía la presencia de un ser diabólico, cargado de maleficios contra ellos. También sentía que le faltaba el aire. Cuando alcanzaron el lugar en que Pittman había visto el cerdo, los tres oyeron un "grito sobrecogedor' aunque no había nadie más alrededor. Waud, que había mostrado escepticismo desde el principio quedó finalmente convencido por este extraño grito terrible de que el animal fantasma había existido.

Efectivamente, la sensibilidad de los animales, especialmente de gatos y perros, hacia los fenómenos paranormales es casi un axioma. El parapsicólogo norteamericano doctor Robert Morris utilizó animales como «controles» en sus experimentos durante los años sesenta. En una ocasión estuvo estudiando una casa habitada por fantasmas, y concretamente una habitación en la que había ocurrido una tragedia. Utilizó un perro, un gato, una rata y una serpiente de cascabel: «Cuando hice entrar al perro menos de 1 m dentro de la habitación, empezó a gruñir a su dueño y volvió a salir por la puerta. De ningún modo pudimos evitarlo, y además se negó a entrar de nuevo. El gato fue introducido en la habitación en brazos de su amo. Cuando llegó a una distancia parecida dentro de la habitación, saltó inmediatamente sobre la espalda del amo, clavándole las uñas; luego saltó al suelo dirigiéndose hacia una silla. Pasó algunos minutos bufando y mirando fijamente una silla vacía situada en una esquina de la habitación, hasta que le sacamos fuera...»

La serpiente de cascabel adoptó inmediatamente una postura de ataque, dirigida contra la misma silla que había intrigado al gato. Al cabo de un par de minutos giró lentamente la cabeza hacia la ventana, para luego apartar la vista de ella y adoptar de nuevo la posición de ataque al cabo de cinco minutos.

El único animal que no reaccionó fue la rata; sin embargo, al cabo de un rato los cuatro animales fueron examinados en otra habitación de la casa, y allí se comportaron con toda normalidad.

De hecho, en el confuso mundo de las apariciones (estén dotadas o no de alma) nadie, ni siquiera el investigador psíquico más versado, sabe con exactitud cuál es la motivación que las respalda. Lo cierto es que rechazar el testimonio de muchos cientos de personas respetables que afirman haber experimentado fenómenos extraños alegando que se trata de espejismos, engaños provocados por uno mismo o mentiras manifiestas denotaría una testarudez absurda.

Imaginación Activa
En su libro Supernature (Supernaturaleza), Lyall Watson sugiere que el hecho de que los fantasmas aparezcan tal como las personas les recuerdan indica que las apariciones forman parte de un proceso mental más que sobrenatural. Ciertamente, la mayor parte de los fantasmas aparecen completamente vestidos o con una indumentaria similar a una sábana, como por ejemplo este fantasma de comienzos del siglo XIX.
Los fabtasmas suelen ser representados vestidos con sábanas.

El eminente psicólogo suizo Carl Jung (1875-1961) estaba profundamente interesado en muchos aspectos de lo paranormal y registró con entusiasmo sus propias experiencias en ese campo, a la vez que siguió durante toda la vida con un entusiasmo activo los descubrimientos que hacían los parapsicólogos.

Uno de los sucesos más intrigantes que le ocurrieron personalmente tuvo lugar durante un viaje a Ravena, Italia, con un amigo. Ahí se sintió especialmente conmovido por un mosaico que representaba a Cristo extendiendo su mano a Pedro cuando el discípulo parecía estarse ahogando en el mar. Parece que tanto Jung como su compañero miraron muy de cerca el mosaico durante mucho tiempo y hablaron de ello con cierto detalle. Jung, fuertemente impresionado por la imagen y el diseño, quería comprar una reproducción del trabajo, pero no tuvo la suerte de encontrarlo.

Al volver a casa Jung supo que otro amigo estaba a punto de visitar Ravena y le pidió si podría hacer una fotografía de su mosaico favorito. Con inmensa extrañeza, no obstante, se descubrió que en Ravena no existía tal mosaico. Jung tuvo que llegar a aceptar que de todas formas el mosaico debía haber sido una aparición compartida; y una de las más extraordinarias experiencias de su vida.

Este extraño hecho parece relacionarse con lo que Jung había denominado "imaginación activa"; una técnica que se sabe que enseñó a algunos de sus pacientes. En 1935, durante una serie de conferencias que dio en la Tavistock Clinic de Londres, describió cómo un joven artista había conseguido proyectarse en un paisaje alpino que estaba representado en un cartel, llegando incluso a caminar sobre la colina y a visitar una capilla fantástica que estaba convencido que existía en la parte inferior.
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Huellas De Fuego: ¿Mensajes Del Purgatorio?






n 1897, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma, inició una extraña colección: las huellas de fuego dejadas en páginas de libros, ropas o sábanas por almas que han regresado del más allá para «pedir el sufragio de oraciones».


La iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma. En ella se conservan objetos que muestran extrañas marcas de fuego: éstas han sido definidas como «testimonios del más allá».
La iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, situada frente al Tíber, en Roma, constituye una curiosidad en sí misma: es la única construcción de estilo neogótico de la capital. Pequeña, apretada entre altos edificios, es una rareza arquitectónica de la Ciudad Eterna. Pero encierra otras rarezas, además de su aspecto exterior.
Dentro de la iglesia hay algo que quizá sea único en el mundo: en un cuartito contiguo a la iglesia se puede adivinar lo que podríamos llamar «una colección de testimonios del más allá». Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, tablillas y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, todos los cuales muestran signos impresionantes: cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos.
Esta singular colección fue iniciada en 1897. En aquel año, la capilla de la Virgen del Rosario, situada junto a la iglesia, se incendió. Cuando las llamas quedaron extinguidas el párroco de aquella época, Victor Jouet, observó algo extraño en una pared del altar. Quizá había sido una jugarreta del fuego, pero el hecho era que el humo había trazado un dibujo que resultaba, por lo menos, alucinante: parecía un rostro, un rostro de expresión afligida y melancólica.
Jouet llegó a una conclusión muy personal: quizá era un difunto que trataba de comunicarse con los vivos, probablemente un alma en pena, condenada a pasar un período más o menos largo en el purgatorio. El religioso se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.
La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis: en varios casos, almas que se encontraban en el purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.
La documentación relativa a estos hechos increíbles se conserva justamente en el museo anexo a la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, un museo escalofriante que permite revivir, a través de las dramáticas «huellas de fuego» que han persistido de ellas, las sombrías historias que ocurrieron en el. pasado.
Una tablilla que tiene impresa la huella de la palma de una mano. La extraña colección fue iniciada en 1897 por el párroco de la iglesia romana.
Era la noche del 21 de diciembre de 1838. José Stitz estaba leyendo un libro de oraciones cuando, de improviso, se estampó en una de las páginas la huella de una mano. El corazón de Stitz dio un brinco de temor, tanto más porque le pareció sentir una presencia insólita, una ráfaga de viento frío. Después, creyó escuchar una voz: reconoció la de su hermano, muerto hacía poco, que le suplicaba que hiciera rezar unas misas por su alma, para abreviar su estancia en el purgatorio. Stitz se sobresaltó; creyó que se había quedado dormido un momento, pero no era así: lo probaba la palma ennegrecida claramente visible en una página del libro.
También le hermana Margarita del Sagrado Corazón recibió, en la noche del 5 de junio de 1864, una visita de ultratumba. La religiosa estaba acostada; de pronto, su celda se llenó de sombras indistintas y una de éstas se fue concretando, lentamente, hasta hacerse reconocible: era la hermana Maria, muerta poco tiempo antes. La aparición, vestida con el hábito de las clarisas –orden a la que había pertenecido la difunta–, parecía desesperada. Cuando vivía –explicó a la atónita Margarita– había cometido un grave pecado: había deseado ardientemente la muerte, con el objeto de sustraerse a los dolores que le causaba la enfermedad que sufría, y a consecuencia de la cual murió. Por esto, le habían correspondido veinte años de purgatorio. El «fantasma» pidió luego oraciones que apresuraran su paso al paraíso. La hermana Margarita, aunque lógicamente se sentía aterrorizada, creía ser víctima de una alucinación. Y, para convencerla, la aparición quiso dejar un signo tangible de su presencia y tocó con un dedo de fuego la funda de su almohada.
Junto a este documento, se encuentra en la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio otro testimonio ultraterreno. Fue dejado, el 1 de noviembre de 1731, por el padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua. Su venida a este mundo para pedir la intercesión de los vivos se estampó sobre la túnica de la venerable madre Isabella Fornari, abadesa de las clarisas de Todi, con dos huellas, la segunda de las cuales quemó el hábito y la camisa de la religiosa. El padre Panzini dejó además otros «signos» en hojas de papel y en una mesilla de madera en la que hasta quedó impresa una cruz.
La huella de una mano y de una cruz, dejadas, según las hipótesis que se barajaron en la época, por almas que permanecían en el purgatorio y se presentaban a los vivos para pedir oraciones que aceleraran su paso al paraíso.
La lista podría continuar largamente, pero bastará con recordar aquí otra historia vinculada a una huella de fuego. Se remonta a 1814. Una noche de ese año Margarita Demmerlé, de Metz (Francia), recibió la visita de la madre de su marido: «Soy tu suegra, muerta de parto hace treinta años –dijo el fantasma–. Haz una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Marienthal por mí.» La nuera obedeció, y cuando hubo realizado la peregrinación, la difunta reapareció. Después de agradecerle su bondad le dijo que, finalmente, estaba a punto de ascender al paraíso y le dejó un «recuerdo»: una huella de fuego en el vestido que llevaba.
¿Qué decir a propósito de este insólito «museo del más allá»? Quizá convenga subrayar, en primer lugar, que los episodios ocurrieron en épocas pasadas, cuando la gente quizá estuviera más dispuesta a aceptar la posibilidad de estas «visitas». Hay que observar, además, que estas extrañas apariciones siempre tuvieron lugar por la noche, en las horas que se han revelado como más idóneas para que se produzcan fenómenos de alucinación y sugestión.
Agreguemos, finalmente, que algunas de estas historias tienen como protagonistas, ya a religiosos, ya a creyentes fervientes, como José Stitz, que estaba leyendo un libro de oraciones cuando se le apareció su difunto hermano.
De modo que bien podríamos imaginar que estas personas –que, por otra parte, es posible que estuvieran adormiladas, o en esa especie de ligero trance que tanto se parece al duermevela– hayan provocado ellas mismas esos fenómenos psicokinéticos. En ese caso, los «fantasmas» y sus «huellas de fuego» podrían haber sido creados por sus mentes que, fuertemente impresionadas por su presunto contacto con el más allá, habrían originado acontecimientos PK.
Huella en las páginas de un libro. Todos los episodios que se conocen tuvieron lugar por la noche; por lo tanto, se podrían explicar racionalmente como fenómenos psicokinéticos.
¿Será esta una explicación demasiado racionalista? No deja de ser extraño que ni siquiera quienes creen en la realidad del espiritismo hagan figurar con seguridad «las huellas de fuego» entre los fenómenos que dan fe de una comunicación entre este y «el otro mundo». Hechos de este tipo suceden muy pocas veces en el curso de sesiones mediúmnicas. El estudioso alemánHartmann informó acerca de uno, ocurrido en presencia de la médium Elisabetta Esslinger:
En el transcurso de una sesión, la mujer, antes de estrechar la mano a una presunta «pobre alma», liberada por medio de sus asiduas plegarias, se envolvió la mano con un pañuelo. Fue una protección utilísima, porque el apretón hizo saltar chispas que dejaron sobre la tela trazas de quemaduras en forma de mano.
Por otro lado, en un opúsculo editado por los misioneros del Sagrado Corazón se puede leer:
La Iglesia condena el espiritismo, considerado una creencia susceptible de evocar con prácticas mediúmnicas el espíritu de los difuntos. Pero el museo recoge solamente huellas causadas por almas que volvieron espontáneamente, para pedir sufragios de plegarias o buenas obras.
Las «huellas de fuego» se hallan, por lo tanto, estrechamente ligadas a un problema de fe. Misteriosas, enigmáticas, constituyen un desafío inquietante para el hombre del año 2000 que, evidentemente, es ya incapaz de sumergirse en una atmósfera que haga posibles fenómenos de este tipo.

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jueves, 17 de enero de 2013

El enigma de los espejos



Reflejos asesinos.

La leyenda de Verónica es probablemente una de las más conocidas. Si te pones frente a un espejo a medianoche, iluminado por la luz de unas velas, con unas tijeras abiertas hacia ti y dices su nombre tres veces ?Verónica, Verónica, Verónica? aparecerá. Una mujer de pelo negro y largo, ojos oscuros como el asfalto y cara blanquecina. Te pedirá que adivines la fecha de tu muerte.

Si bien aciertas, te salvas y ella desaparece. ¿Pero quién es capaz de acertar una fecha futura? Si no la aciertas, las tijeras saltan en dirección a ti y te desgarran hasta llegar al corazón. Por supuesto, esto es tan solo una leyenda urbana. Una leyenda urbana muy utilizada en las noches de campamentos, o también en películas.


Por ejemplo, Candyman?. La película narra la historia de un ser fantasmal que sale de los espejos cuando alguien pronuncia su nombre cinco veces frente a su reflejo. Y entonces, asesina a diestro y siniestro.

Algo muy típico en el cine de terror actual. Pero como vemos, es una actualización de la leyenda de Verónica. Una actualización que ha dado para mucho, ya que se han hecho tres películas de Candyman. En los países anglosajones, la historia es exactamente la misma, solo que el nombre de Verónica se cambia por el de ?Bloody Mary?. Y la historia de Bloody Mary está muy ligada a la historia de la reina Mary I de Inglaterra.





Ambas leyendas cuentan que la joven murió de forma violenta, y en un intento de injusta venganza, matan a todo aquel que se atreve a llamarla. También se cree que a media noche, y también con velas, si dices tu nombre varias veces, el espejo se ilumina y en él se proyecta la imagen de tu entierro. En Lima se cree que si miras tu reflejo a medianoche con una vela en las manos, tu cara se deforma y se convierte en la del diablo. En Túnez aparece la historia de Lilith, una dama que se lleva a los hombres a su otro mundo, al que se entra mediante los espejos. Se dice que las jóvenes deben tener cuidado de mirarse demasiado en los espejos, o Lilith vendrá también a por ellas.

Reflejos conocidos.

Después están las apariciones fantasmales, que no buscan venganza ni necesitan invocación. Tan solo aparecen. Porque sí. Recuerdo un caso que escuché no hará mucho tiempo, en que una compañera describía su habitación; el escritorio frente a una ventana. Pues bien, una de esas madrugadas de estudio que los jóvenes conocemos tan bien, ella miró hacia la ventana donde se vio reflejada, y detrás de ella? la cara de un anciano de pelo cano y faz arrugada. Era la cara de su abuelo, que le sonreía y se alejaba hacia ningún sitio. La chica quedó muy afectada. Y como este, muchos casos más, que pueden constatarse a base de datos personales.






También hay casos en que esos extraños reflejos quedan marcados en la ventanilla de un coche, o en la pantalla del televisor. - CURIOSIDADES. Aquí traigo algunas curiosidades que el tiempo y los escritos han dejado. Algunas más actuales. Por ejemplo, en la archiconocida saga de Harry Potter aparece también un espejo de leyenda? ?El espejo de Erised? que te muestra tus más profundos deseos.

Si viajamos a la antigüedad, Aristóteles en su ?Tratado sobre los sueños? escribe su creencia? Cuando una mujer que menstrúa se mira en un espejo, este se nubla. ?Pues en los espejos perfectamente limpios, cuando las mujeres les dirigen su mirada durante la menstruación, la superficie del espejo se torna cual nube sangrienta.? Plinio también hizo referencia al mismo hecho en su ?Historia natural?. También en algunos pueblos castellanos y sobre todo en países como Colombia, se tapan los espejos cuando alguien fallece; el hecho se debe a la creencia de que el alma del muerto puede introducirse en el espejo, quedando el alma presa en ese otro mundo del reflejo.


Una imagen con doble sentido según cómo se mire. Quería acabar este artículo con ella. Es una mujer mirándose en un espejo. Si la ves de otra forma, es una calavera. Famoso dibujo de efecto óptico.



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lunes, 14 de enero de 2013

El Bosque Aokigahara



Aokigahara es un bosque en la falda del monte Fuji en Japón, al que también se le llama el "Mar de los árboles". Este bosque es el lugar más popular para cometer suicidios en el Japón.


Más de 500 personas se han quitado la vida en Aokigahara desde los años 50, y 78 de esos suicido curriendo solamente en el año 2002.
Se dice que esta tendencia comenzó después que Seichi Matsumoto publicó su novela Kuroi Kaiju (Océano negro de árboles) en donde dos de sus personajes cometen suicidio allí, pero el lugar ya tenía una mala reputación desde principios del siglo XIX.
Todas las semanas la policía patrulla Aikogahara en busca de nuevos cadáveres.
Taro, un hombre de 46 años de edad que fue despedido de su trabajo en una compañía de manufacturación de hierro, esperaba perderse en la oscuridad del bosque. “Mi voluntad de vivir se había desvanecido”, dijo él. “Había perdido mi identidad, así que no quería vivir más en esta tierra. Fue por eso que fui a Aokigahara”.


El hombre, quien no quiso ser identificado completamente, estaba nadando en deudas y ya había sido desalojado del apartamento que le proveía la compañía en donde trabajaba.
Taro perdió el control financiero de su vida, el cual él cree, ser la fundación de toda vida estable. “Tú necesitas dinero para sobrevivir”, dijo él. Si tienes una novia, necesitas dinero. Si te quieres casar, necesitas dinero. El dinero es completamente necesario en tu vida”.
Taro compró un boleto de ida hacia el bosque, el cual queda al occidente de Tokio. Cuando llegó allá se cortó las venas de las muñecas, aunque las heridas no fueron lo suficientemente profundas para matarlo rápidamente.
Él empezó a vagar por el bosque. Se desplomó en los arbustos después de estar delirando  por varios días y a punto de morir debido a la deshidratación, el hambre y al tener las extremidades congeladas. Taro perdió todos los dedos de su pie derecho por causa de la congelación. Pero no perdió su vida, porque un excursionista encontró su cuerpo agonizante y pidió auxilio.
La historia de Taro es una de las de cientos que ocurren en el bosque de Aokigahara cada año. La tasa de suicidio del Japón, de por sí una de las más altas del mundo, ha aumentado con la reciente crisis económica. En el año 2008 se registraron un total de 2645  suicidios, lo que representa un aumento de un 15% con relación al año 2007 donde se registraron un total de 2305 suicidios.





El gobierno japonés ha dicho que la tasa de suicidios se ha convertido en una prioridad y ha prometido reducirla en más de un 20% para el año 2016. Para ello planea concientizar a los jóvenes en las escuelas y en los lugares de trabajo. Pero oficiales temen, que de continuar un aumento en el desempleo y las bancarrotas, la tasa de suicidio podría aumentar alcanzando los niveles pico que ocurrieron en tiempos económicos difíciles del pasado.
“El desempleo está conduciendo a ésto”, dijo Toyoki Yoshida, un consejero de crédito y suicidios. La sociedad y el gobierno necesitan establecer medidas preventivas inmediatas para contrarrestar los suicidios. Debería haber más lugares en donde la gente pudiera venir a buscar ayuda”.
Yoshida y su compañero de labor, Norio Sawagushi, pusieron letreros en el bosque de Aokigahara urgiendo a los visitantes con tendencias suicidas a llamar a su organización, un servicio que presta  consejería de crédito. Ambos hombres dicen que la sociedad japonesa muy a menudo le da la espalda a aquellos que están desempleados y  se encuentran en bancarrota, y produce una cultura en donde los suicidio todavía son considerados como una opción honorable.
Las autoridades locales dicen que como última instancia han instalado cámaras de seguridad a la entrada del bosque, para detener a las personas de cometer suicidio.



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viernes, 11 de enero de 2013

Los misterios del Ectoplásma.




¿A qué mundo de pesadilla nos remiten las emanaciones ectoplasmáticas? ¿Bastan todas las experiencias acumuladas por los parapsicólogos para explicarlas satisfactoriamente?


Las materializaciones producidas por la famosa médium Eusapia Palladino fueron frecuentes y variadas. Las manifestaciones ectoplasmáticas visuales fueron raras. Más bien solían ser manos de las que se percibía su contacto. Charles Richet, que realizó más de doscientas sesiones con ella, cuenta que, en numerosas ocasiones, fue tocado por una mano en los costados, en las manos, en la cara, en la frente, en la nuca y en la espalda.
Esta mujer, de nacionalidad italiana, nacida en un ambiente pobre, era de modales toscos y groseros, comentario que hace sobre ella la hija de Lombroso, añadiendo que, a pesar de haberse relacionado largo tiempo con gente educada –fue investigada por eminentes sabios–, no había conseguido aprender buenos modales. De costumbres bruscas, sus fraudes, cuando los hubo, fueron sumamente burdos e infantiles.
En estas materializaciones de Eusapia sólo aparecen determinados miembros corpóreos del fantasma. La supuesta telergía emitida por el médium no llega a tener la fuerza suficiente para provocar la aparición completa. Richet, que no era creyente en la supervivencia de la vida después de la muerte, explicaba la fantasmogénesis diciendo que se trata de una materia llamadaectoplasma, que el médium emite a través de cavidades de cuerpo, boca, oídos, nariz, etc.
La telergía se condensa y poco a poco toma una apariencia corpórea, logrando los médiums muy potentes la materialización completa. Pero esta sustancia proviene del médium; por tanto, una vez completada la escena espectral, vuelve al cuerpo que la ha emitido. Que la aparición tome una forma conocida para el grupo de asistentes a la sesión que sea puede deberse a la clarividencia o a la telepatía. Es decir, el médium sería capaz de poder observar los hechos pasados en la vida del sujeto; o bien, si se trata de la telepatía, conocer las cuitas del experimentador, sus preocupaciones y las anécdotas que pasen por su imaginación.
Siguiendo con Eusapia, en la sesión celebrada en Génova con el círculo de Minerva, a la que asistían Morselli, Porro, Ramorino, L. Vasallo y el doctor Venzano, surgió la forma de una niña que Porro conoció como su nieta. La sesión, acaecida el 21 de diciembre de 1901, sucedió así, según cuenta Morselli:
«Manifestáronse dos formas invisibles en la oscuridad, pero que pudieron verse después enseguida a una débil luz. Porro percibió la forma de su nieta fallecida. Detrás de una cortina, pudo abrazarla y la oyó hablar con voz infantil. Después, llegó la de un hijo de Vasallo, muerto a los dieciséis años. Esta vez, se hizo visible. Mostróse un óvalo casi fosforescente a la derecha de Eusapia; se movió de izquierda a derecha con lentitud, y desapareció. Se vio, a la luz roja, salir un brazo y una mano del gabinete y dirigirse hacia Vasallo. Aparecieron después una tercera y una cuarta forma.»
La corriente espiritista no dudaría, al explicar esta fenomenología, en afirmar que es el espíritu del difunto el que, tomando la energía del médium –por eso éste caería en la inconsciencia–, toma la forma que en vida poseyese, y habla con sus más allegados.

Un Espectáculo Extraordinario


«Al cabo de una media hora abro las cortinas y veo en el suelo un vago resplandor, bastante débil, para que pueda dudar de su realidad. Poco a poco va intensificándose, tomando el aspecto de un pequeño pañuelo luminoso. Todo el cuerpo de Eva está inmóvil. La mancha luminosa se extiende. Sus contornos son indecisos, vaporosos, más inciertos y suaves que los de una tela. Se acerca al sillón, crece, toma la forma de una especie de serpiente y parece subir por el brazo izquierdo del sillón de A... Sus contornos se hacen más distintos».Sería a partir de las experiencias de Schrenzk-Notzing y del ya conocido Richet, de donde se desprendería que la materialización surgiría del propio médium, por un proceso sucesivo de metamorfosis. Pudieron observar estos cambios con la médium Eva Carriere, que así se hacía llamar entonces la ya conocida por todos Marthe Beraud. Sus espectros seguían una evolución cambiante; en principio era un protoplasma gelatinoso, tal y como nos lo describe Richet, primeramente amorfo, que salía del cuerpo de la médium y tomaba forma más tarde. Al comienzo, hay siempre velos blancos, manchas lechosas y, en el interior de su pasta gelatinosa, algo con apariencia de muselina húmeda y colágena. Se forman poco a poco los dedos, dibujos y figuras en general. En esta sesión, que transcurrió en 1906, observamos esta evolución protoplasmática:
«De repente, un espectáculo extraordinario. De la mesa se separa una punta que sube, se encorva, y se dirige al pecho de Eva, cuyas manos tenemos sujetas. La punta continúa avanzando de una manera amenazadora, como un animal que se dirige con su pico. Y a medida que avanza, aparece sobre el vástago rígido una especie de tela que se desarrolla –como una membrana de murciélago– tan delgada y transparente que se ven los vestidos de Marthe a su través. Se distingue perfectamente el tallo de este velo membranoso envolvente. Marthe está inmóvil y habla a intervalos».
«Puedo aproximarme y mirar tan cerca que llego a 3 y hasta 2 centímetros de distancia. Veo como una tela hinchada, dotada de movimientos. Durante cinco o seis minutos la examino cuidadosamente. Veo prolongaciones como los cuernecitos de un caracol, enderezándose a derecha e izquierda. Estos cuernos son como de una gelatina transparente, pudiendo introducirse y salir de la masa principal más claramente formada».
«Marthe se levanta. Le cojo las manos, levantando o bajando las mismas; me parece que ejerzo atracción sobre la punta de la masa. De pronto, ésta desaparece. No queda de la misma más que un velo suspendido de mi mano que sujeta las dos de la médium».
«Pero yo no siento nada. Hice un pequeño movimiento con el meñique y la masa descendió algunos centímetros para subir en el acto.»

Manos De Pesadilla


«Luz bastante buena. La cortina cerrada durante una hora aproximadamente. Después la abro, sobre el suelo una mancha blanca que se ensanchaba rápidamente, y la formación de dos cuernecitos por el avance de la masa X, que los emite en todos sentidos, muy movibles. Entonces la masa X, primeramente muy ancha, se disloca poco a poco en partículas, tomando el aspecto de una mano grisácea de contornos vagos. Esta mano está animada de movimientos, con el aspecto de una mano de momia que saliera de una tela. Se levanta y se baja como una mano auténtica. Las del médium, sujetas por mí, están absolutamente inmóviles. Los extremos de los dedos del ectoplasma, adelgazados, prolongados en forma fusiforme, parecen terminar en nebulosidades».Podemos constatar en esta experiencia que el ectoplasma sigue un curso paulatino, semejante a una ameba; fija sus tentáculos en el suelo, y desde allí realiza movimientos determinados. Unas veces permanece sujeto al médium y otras se separa. Finalmente, involuciona de nuevo al cuerpo del dotado. En otras ocasiones, el ectoplasma adquiere formas corpóreas, moldeándose poco a poco, hasta hacer surgir un brazo con sus músculos correspondientes, como vemos en esta experinecia:
«Los puedo mirar muy de cerca. Toco uno de dichos huesos y me da la sensación de un líquido frío. La mano se balancea sobre mi rodilla y siento como un rozamiento de un cuerpo poco resistente. Entonces la mano se levanta sola, balanceándose sobre un vástago que la sostiene contra el suelo. Después cae haciendo un ligero ruido, queda en el suelo y me parecerá los dos huesos del antebrazo, como si estuvieran envueltos por una nebulosidad de muselina. Vuelve a levantarse, se inclina y avanza hacia mí. La muñeca se baja, cuelgan los dedos, se balancean y manifiestan como un movimiento de torsión del singular antebrazo. Sigo figurándome ver los huesos del carpo envueltos siempre en la nebulosidad de muselina. La mano se pone sobre mi rodilla. Percibo su ligerísimo peso. Hace a mis órdenes pequeños movimientos de desplazamiento sobre mis rodillas, las cuales siento claramente. Entonces Marthe me dice: "Mirad los músculos cómo empiezan a formarse." Veo –creo ver– en el espacio que separa ambos huesos algo negro. La mano se levanta, se mueve muy cerca de mí, casi desarraigada del suelo, con el cual no está sujeta más que por un ligero trazo blanco. Vuelve a caer la mano al suelo con un pequeño ruido, se levanta de nuevo y desaparece de pronto, así que el médium se pone en pie.»
Estos constituyen en síntesis los resultados de las experiencias realizadas por Richet en 1906 y publicadas posteriormente, tras los logros obtenidos por Schrenz-Notzing con la misma médium, con la que consiguió unas curiosas materializaciones que se las designó con el nombre de planos, ya que aparecen dibujos o caras recortadas, cuya génesis es muy similar a las descritas por Richet. Las emanaciones ectoplasmáticas, en estas ocasiones, surgían de la boca, otras del pecho o de las axilas. Madame Bisson, compañera inseparable de Eva, apunta que ella pudo ver surgir fluido ectoplasmático del ombligo de la médium cuando se encontraba completamente desnuda. Era una sustancia blanquecina, cuyo examen al microscopio, realizado por Schrenzk-Notzing, revelaba la presencia de restos epiteliales, formas bacterianas y mucha grasa. En algunos casos ha sido un tejido de apariencia vegetal, y en otros como un hilo de algodón rodeado de una sustancia granulosa no determinada.

Un Dotado Irrepetible


Era un individuo muy emotivo, presentando zonas de intensa sensibilidad en la nuca y en el antebrazo izquierdo. Vivió entre 1874-1944. Durante las sesiones mediúmnicas se le aceleraba fuertemente el ritmo cardíaco, elevándose sus pulsaciones por minuto a niveles muy altos. Al final de la experiencia se quejaba de una sed insaciable, bebiendo grandes cantidades de agua. A veces, al día siguiente de una sesión aparecía su cuerpo cubierto de llagas sanguinolentas que curaban rápidamente en un par de días. Tenía antecedentes familiares de estas facultades en la figura de su padre, que, aunque poseyendo estos dones, nunca participó en sesiones espiritas; también parecía reunir estas condiciones un tío suyo, sacerdote católico.A esta misma época pertenece el polaco Franek Kluski, que fue considerado el gigante de los médiums en el tema de las materializaciones. Jamás se le encontró queriendo simular algún ectoplasma. Fue estudiado muy intensamente, dadas sus extraordinarias capacidades, por grandes investigadores de la época, realizando con él pruebas que dieron la vuelta al mundo.
Por las noches sus habitaciones eran lugar de cita de individuos de ultratumba, así decía él. Pero estas visitas no le causaban ningún temor.
Sus poderosas facultades surgieron, según él, desde muy temprana edad, en la que sus amigos participaban de las apariciones que surgían en una tienda que él mismo había construido mediante dos sillas a las que colocaba un chal. En su interior pudieron ver las figuras de un hermano y una hermana que habían muerto. En su pubertad, las alucinaciones llegaron a ser muy frecuentes. Solía visitar cementerios y bosques solitarios, surgiendo entonces a su alrededor apariciones de todo tipo, desde sus padres, que ya habían muerto, hasta fantasmas de diversos animales: perros, gatos y lobos, que se situaban junto a él.
Desde los 20 hasta los 46 años prestó poca atención al mundo de las alucinaciones en que se encontraba inmerso, casándose y dedicándose a las finanzas. A finales del invierno de 1918-1919, asistiendo a una sesión mediúmnica en la que actuaba el dotado Guzik, tuvieron los asistentes la idea, una vez que se había marchado el médium, de concentrarse todos ellos, a fin de comprobar si eran capaces de producir algún fenómeno. La sorpresa no se hizo esperar, surgiendo formas luminosas encima de la cabeza de Kluski. A partir de este incidente comenzó la carrera mediúmnica de Franek en el Instituto Metapsíquico, donde se prestó a ser estudiado sin otra expectativa que la de estar al servicio de la ciencia. Los controles tomados para sus experiencias fueron sencillos. Se le sujetaban las manos y se le controlaban las rodillas y las piernas. No era un médium que ofreciese dificultad en el uso de controles, ya que guardaba una inmovilidad casi absoluta a lo largo de toda la sesión, apoyando en algunas ocasiones la cabeza sobre la mesa o sobre el experimentador que se encontraba a su lado. El repertorio de sus fenómenos era de gran variedad. Se observaron con él materializaciones humanas, animales, formas luminosas e incluso fenómenos de telequinesia.
El doctor Geley, que se ocupó del estudio de este dotado, nos describe el curso de sus materializaciones, indicándonos que en el momento en que iban a tener lugar, se percibía en el ambiente un intenso olor a ozono que se desvanecía al finalizar las mismas.

La Mirada Del Espectro



El gabinete en el que transcurrían las experiencias estaba iluminado por una débil lámpara roja. Surgían en primer lugar, alrededor de la cabeza de Kluski, unos vapores semejantes a una neblina. Al mismo tiempo, se observaban resplandores luminosos, similares, según Geley, a focos de condensación, dando la impresión de órganos invisibles. Aparecían puntas de dedos y trozos de caras. Una vez que todos estos vapores se habían condensado lo suficiente y organizado, se veían manos y caras del tamaño natural, bien formadas, que se situaban al lado del médium o sobre la cabeza de los asistentes. No sólo quedaron las materializaciones en caras, sino que también, en algunas ocasiones, pudieron observarse fantasmas visibles hasta las extremidades superiores. Geley describe estos rostros como poseyendo vida, y nos dice a este respecto que se fijaban intensamente en los experimentadores. Como la visibilidad que proporcionaba la luz roja era escasa, aproximaban unas pantallas luminiscentes de sulfuro de zinc a los rostros para examinarlos mejor. Otras veces, esto resultaba innecesario, ya que la propia aparición poseía luminosidad propia, resultando fácil observar sus rasgos y contornos.
Para Geley no cupo la posibilidad de fraude con este médium y argumentó que sólo eran posibles tres mecanismos para poner en marcha el trucaje de las caras:
1°  «El uso de un colaborador». Posibilidad que quedaría descartada, ya que los asistentes eran experimentadores formados, previamente escogidos por él.
2°  Ilusión producida en los asistentes por el propio rostro del médium más o menos transformado. Opinión improbable, ya que Kuskli permanecía en inmovilidad absoluta, y los controles establecidos no le permitían ningún desplazamiento.
3°  Quedando como tercera hipótesis «el uso de máscaras». A este respecto nos argumenta el investigador: «Un engaño así requiere un artefacto que el médium, sujeto por ambas manos, no habría podido manejar. Aun sugiriendo que hubiese podido dejar libre alguna de sus manos, habría resultado insuficiente. Con toda probabilidad habrían sido necesarias ambas manos: una, para sostener la máscara; y la otra, para levantar y acercar la lámpara a la máscara.»

¿«Esculturas» Del Más Allá?

Geley describe así los movimientos de estos fantasmas: «Aquellas manos estaban iluminadas por puntos luminosos en las extremidades digitales. Se paseaban lentamente ante nuestros ojos; se sumergían en la cubeta de parafina; chapoteaban una fracción de minuto y volvían a salir sin perder su luminosidad; por último, dejaban, el molde aún caliente en una de mis manos.»Descartadas todas las hipótesis, el fraude parece muy difícil con este dotado. Todavía más si se tienen en cuenta los vaciados de parafina que realizaron sus ectoplasmas, en condiciones de control muy rigurosas, y que según notables expertos en esta materia fueron calificados de irreprochables. El experimento consistía en lo siguiente: se colocaba una cubeta de agua caliente sobre la que se vertía una capa de parafina fundida de color azulado. Una vez que se producía una materialización, esta se sumergía en la cubeta y depositaba el molde obtenido en las manos de los investigadores.
También en experiencias posteriores se le añadió a la parafina azulada otra sustancia incolora, el colesterol, que sometida a la prueba del ácido sulfúrico toma el color rojo. Este control se estableció para eliminar la hipotética probabilidad de que Kluski trajese los moldes preparados de antemano, ya que conocía a lo largo de las sesiones que la parafina utilizada era azulada. Con todos estos controles, los moldes obtenidos contenían colesterol. Se obtuvieron vaciados de siete manos y uno de un pie, así como el vaciado de la parte inferior de un rostro. Los vaciados poseen las características anatómicas de manos de adultos; aunque por su pequeño tamaño, recuerdan a las manos infantiles. El dictamen emitido por vaciadores profesionales, tales como Gabrielli, Barettini y Guido Marchelli –artistas modeladores–, han demostrado que dichos vaciados son de primera operación, tomados de órganos vivos y no de segundos vaciados, lo cual excluye la posibilidad de obtención de los mismos por medio de sustancias solubles, preparadas para tal efecto. Los mencionados modeladores realizaron numerosos intentos, por medios artificiales, tales como guantes de cuero, etc., para obtener moldes similares a los que realizó Kluski, resultándoles imposible encontrar un mecanismo artificial que pudiese explicar la obtención de los vaciados.
Les asombraba, sobre todo en algunos moldes de manos, la posición tan difícil en que aparecían colocados los dedos. Fueron incapaces de explicar este fenómeno y declararon que les resultaba imposible comprender cómo habían sido conseguidos los moldes.

Los Procesos Del Fantasma

En el mundo de la parapsicología, aun hoy en día, no se ha superado el terreno de la hipótesis, y no se ha encontrado ninguna que sirva para explicar las materializaciones. Lo único que podemos apuntar como características que se repiten en el campo de las materializaciones, a lo largo de la historia de esta fenomenología, es lo siguiente:
1°  El ectoplasma surge del cuerpo del médium, permaneciendo unido a él mediante una especie de cordón umbilical.
2°  En un principio no es visible. Poco a poco surgen unas nubes vaporosas, que a veces se acompañan de fenómenos de luminiscencia y telequinesia.
3°  La masa vaporosa es de color blanquecino; lentamente se organiza, pudiendo observarse formaciones de miembros en la mayoría de los casos; si bien, en médiums muy potentes, la organización se realiza muy rápidamente, y surge la materialización completa, sin haberse llegado a observar los apartados 1, 2, 4 (caso de Katie-King).
4°  Al igual que se organizan los miembros corporales, se conforman los vestidos y demás ropajes que constituyen la indumentaria del fantasma.
5°  En muchas ocasiones, la materialización posee auto-iluminación.
6°  El espectro es reabsorbido por el cuerpo del médium en trance, desapareciendo por consiguiente la materialización, ¿Por qué se produce? ¿Qué mecanismos pone en marcha el dotado? ¿Poseemos todos la capacidad de producir fantasmas? Son preguntas que hoy, todavía, no tienen respuesta.

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El exorcismo de Anneliese michel (Emily Rose).



Anneliese Michel tenía sueños como todas las niñas de su edad, el suyo era ser maestra. Todo este martirio empezó a mediados de 1968, cuando Anneliese tenía solamente 16 años, desde esa edad ella comenzó a tener sacudidas que estremecían todo su cuerpo además de posturas corporables humanamente imposibles. Al ver esto, sus padres la llevaron a la Clínia Psiquiátrica Wurzburg, dónde posteriormente le diagnosticarían Epilepsia, su tratamiento duró un largo tiempo sin que llegara a haber algún signo de mejoría. Desde ese momento Anneliese empieza a tener visiones diabólicas durante sus continuos rezos….
Después de varias acciones por parte de Anneliese, como negarse a ingerir alimentos, argumentando que no lo hacía por que los demonios se lo impedían, dormía en un suelo de piedra, comía arañas, moscas, carbón y bebía su propia orina, gritaba por su casa por horas hasta que escupía sangre, rompía crucifijos, cuadros de Jesucristo, se rasgaba la ropa; en Septiembre de 1975 el Obispo de Wurzburg, Josef Stang, asignó al padre Arnold Renz y al pastor Ernst Alt la orden de llevar a cabo el exorcismo sobre Anneliese Michel.
Aproximadamente duraron 10 meses los exorcismos, una o dos sesiones cada semana.Anneliese afirmaba estar poseída por Lucifer, Judas Iscariote, Nerón, Caín, Hitler, y Fleischmann, un deshonrado sacerdote franco del siglo XVI, junto a algunas otras almas malditas.
La media noche del 1 de julio de 1976 muere Anneliese Michel..


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